Ana de Castro Rubalkaba es concejala de euskera del Ayuntamiento de Bilbao. Nos habla en torno a la situación del euskera en la Administración, al desarrollo vivido en los últimos años y a numerosos proyectos puestos en marcha de cara a la ciudadanía. Pero también sobre el futuro, para el que fija como objetivo la euskaldunización de la ciudad.
El Departamento de Euskera acaba de poner en marcha el proyecto ELEBI. ¿En qué consiste el proyecto?
ELEBI es mucho más que un logotipo. Es la herramienta principal del Plan de Normalización del uso del Euskera implantado para euskaldunizar la administración municipal; se aprobó hace 12 años y estamos en la cuarta fase. El logo presentado al público pretende ser el símbolo del Plan de Normalización y, para empezar, facilitar la comunicación entre funcionarios y ciudadanos vascófonos: el entorno ELEBI significa que uno se encuentra ante un funcionario vascófono. Y ese hecho aumentará el uso de nuestra lengua, sin duda alguna.
¿En la actualidad, cuántos trabajadores del Ayuntamiento son capaces de hablar en euskera, es decir, cuántos pueden ofrecer su servicio en euskera?
Los funcionarios vascófonos son unos mil, alrededor del 40%. Además, otros 200 trabajadores están a las puertas, tienen un perfil lingüístico menos que el correspondiente a su puesto de trabajo. Podemos decir que la mitad de los empleados del Ayuntamiento de Bilbao son capaces de hablar en euskera.
¿El nivel de conocimiento y el nivel de uso son equivalentes?
En un entorno bastante castellanohablante como el nuestro el nivel de uso nunca puede ser similar al de conocimiento. En cualquier caso, el aumento del uso es el objetivo de nuestra actividad y de las medidas implantadas, continuando con los avances en el conocimiento, por supuesto, ya que sin conocimiento no hay uso.
ELEBI se refiere al ámbito administrativo. ¿Qué otros ámbitos ha trabajado en estos años el Departamento de Euskera (comercio, juventud…)?
La realidad de los municipios, de por sí, suele ser muy plural; en el caso de Bilbao, saque las cuentas. Los destinatarios de nuestros programas son los jóvenes y los niños ya que son quienes presentan una mayor proporción de vascófonos; pero, por otro lado, tenemos muy claro el gancho que Bilbao tiene en su entorno más amplio, fundamentalmente en el ámbito comercial. Biribilko es un plan, con una trayectoria de cinco años ya, pensado expresamente para fomentar el uso del euskera en ese sector.
¿Cuáles son los proyectos o planes más importantes dirigidos a cada uno de ellos?
En el caso de los niños Ikusi eta Ikasi, y en lo que respecta a la juventud, Harrapazank; en los dos casos han tenido muy buena acogida por parte de los destinatarios. También organizamos el concurso de cuentos Rafael Mikoleta ipuin lehiaketa; este año es la 33ª edición. Pero hay muchos otros programas que no son tan conocidos, destinados fundamentalmente al ámbito escolar, y también muchos otros en torno a las nuevas tecnologías como Bilblogari, por ejemplo, dirigido por jugadores del Athletic, tal y como contaba hace poco Koikili Lertxundi en esta misma página web.
En vista de los resultados, ¿dónde hay que incidir más para que la situación del euskera mejore, es decir, cuál es el destinatario más eficaz?
¿El destinatario más eficaz? No se trata de una cuestión de edad. Es evidente que la euskaldunización de niños y niñas acarrea una mayor vida lingüística pero en lo tocante a la motivación la actitud de las personas adultas ha acarreado, por ejemplo, la euskaldunización del ámbito escolar. En consecuencia, hay que incidir en todos ellos, las formas, los objetivos, los usos serán los que cambien.
En 2010 había en Bilbao 30.000 vascófonos más que en 2005. ¿Cuál es la situación del euskera en la ciudad?
A la espera de los datos recopilados por Eustat en 2011, podemos pensar que en Bilbao somos unos 100.000; a los que debemos sumar esas 80.000 personas que están aprendiendo euskera. Sumando todas esas personas, más de la mitad de la población es vascófona. Nos gustaría mejorar esos datos pero si los comparamos con la realidad de hace unos años no están nada mal, hemos mejorado.
¿En su opinión, qué incidencia puede tener ese aumento tan significativo en los bilbaínos que aún no saben euskera?
Tenemos que pensar que la mayoría de las personas que no saben euskera siguen siendo aún las mayores de 35 años. Pero las personas de ese tramo de edad están acudiendo también a los euskaltegis, algunas porque acaban de tener descendencia, otras para obtener un empleo… Las motivaciones actuales de los castellanohablantes son más pragmáticas.
Según declaraba en una entrevista, uno de los objetivos del Departamento de Euskera para el año pasado era equiparar el conocimiento y el uso del euskera. ¿Qué se ha logrado desde entonces?
Una cosa es esforzarse por acercar el nivel de uso al de conocimiento, y otra distinta equipararlos. Es responsabilidad de todos, hay muchas personas haciendo su aportación para normalizar el uso del euskera en la empresa. En lo concerniente al ayuntamiento, una evaluación de la comunicación oral realizada recientemente en servicios de atención al público el euskera ha arrojado un 6,5%; la medición a pie de calle de 2006 arrojó un 4,5%. No son grandes cifras, pero sí como para ser positivos.
¿El reto sigue siendo el mismo?
El reto es euskaldunizar Bilbao. La clave es la eficacia de los medios, ya que cambiar los hábitos lingüísticos no es una operación de un solo día. Por otra parte, sabemos que la motivación es fundamental. Por ahí van nuestras campañas de sensibilización destinadas a los nuevos padres, a los niños que inician su etapa escolar, al alumnado de modelo D que finaliza la ESO… Pero la última palabra la tiene la ciudadanía, la decisión es del hablante, por lo que a nosotros nos corresponde realizar esfuerzos para fomentar la adhesión de la ciudadanía al euskera, sensibilizar a la gente y ofrecer oportunidades.
Más allá de los esfuerzos, el estudio sobre política lingüística municipal publicado recientemente por Kontseilua afirma que la política lingüística de Bilbao es "insuficiente" y le otorga una puntuación de 3,9 (para afirmar que el ayuntamiento se esfuerza por priorizar al euskera es necesario lograr 7 puntos).
Tenga en cuenta que el estudio, por ejemplo, da mucha importancia a la ordenanza y nuestro ayuntamiento carece de ella porque consideramos que la Ley del Euskera y la de la Función Pública son herramientas muy útiles. Las puntuaciones se pueden plantear desde muy distintos ángulos; la encuesta de satisfacción realizada anualmente por el Ayuntamiento entre la ciudadanía, arroja una puntuación superior a 6 en el ámbito del euskera. Todo depende del cristal con que se mire.
¿Qué se puede hacer en el futuro para mejorarla?
Nuestra responsabilidad fundamental es lograr una Administración bilingüe, así como fomentar el uso del euskera en el municipio pero, a diferencia de la Administración municipal, en este municipio en relieve confluyen aguas de arroyos muy distintos, inciden aspectos muy diversos, también en materia lingüística.