El objetivo del estudio ha consistido en conocer la contribución realizada por el euskera a la economía de la Comunidad Autónoma Vasca, medir la riqueza económica que genera y cuantificar la dimensión y el valor económico de los sectores del euskera. Se han realizado muchos estudios sobre el euskera desde las perspectivas de la sociología y la filología; sin embargo, existen muy pocos estudios realizados, desde el punto de vista de las ciencias económicas, con el fin de analizar el mercado que se mueve en torno al euskera en el contexto económico de la CAV y medir su impacto. Este estudio muestra claramente que el euskera es un sector de actividad más en la economía vasca.
Antes de entrar a explicar lo que es el propio informe, Patxi Baztarrika ha indicado lo siguiente: “El prejuicio lingüístico es una idea preconcebida que, lejos de descansar sobre el conocimiento objetivo de los hechos, constituye una creencia de fuerte carga emocional que conlleva a ignorar, a minusvalorar o incluso a rechazar explícitamente aquello que es diferente con relación a lo que uno posee, por ejemplo la lengua. Se trata de exaltar la propia lengua como la única realmente válida para el progreso social e individual. Es un arma especialmente eficaz para la pervivencia del hegemonismo lingüístico y del monolingüismo como proyecto social”.
“Tan solo quiero llamar la atención sobre un prejuicio en esta ocasión, el de la distinción que se hace entre lenguas eficaces con valor económico y lenguas no útiles. Es un prejuicio aún presente en determinados sectores de la sociedad vasca, y es, en mi opinión, el prejuicio lingüístico imperante hoy en el Estado español así como en esta Unión Europea que sí reconoce y respeta su propia diversidad lingüística”, ha añadido el viceconsejero.
“En Europa rige aún el viejo paradigma “Estado-Nación-Lengua”, que vincula la oficialidad en la Unión Europea con la condición de lengua de estado. No es inclusivo ni equitativo distinguir entre lenguas de primera y segunda, lenguas eficaces y lenguas de acompañamiento, lenguas de la globalización y de Estado por un lado y “las otras” lenguas por otro, como si todas las demás fuesen lenguas minoritarias. Se confunden minoritario y minorizado, y se olvida que varias de estas mal llamadas minoritarias –las medianas o regionales- son sentidas como primera lengua por millones de europeos, y son utilizadas habitualmente en la educación, universidad, empresa, administración, creación cultural, Tecnologías de la Información y Comunicación y medios de comunicación por millones de ciudadanos europeos. Son lenguas vivas, en algunos casos muy dinámicas, pero no tienen asegurado un futuro de vitalidad”, ha explicado.
“El euskera, por ejemplo, ocupa la posición número 44 entre las lenguas de navegación en Internet, es una de las 33 lenguas de uso en Twitter, ocupa el lugar 34 en Wikipedia, donde cuenta con más artículos que 10 lenguas estatales oficiales de la Unión Europea. Pero, a pesar de ello, se cuestiona su valor económico. Es la distinción entre lenguas eficaces con valor económico y lenguas no útiles. El estudio –novedoso, sin duda- que hemos realizado sobre el valor e impacto económico del euskera en el PIB, en el Valor Añadido Bruto y en el empleo de Euskadi, constituye un elemento que pone de manifiesto con meridiana claridad la relevancia del euskera en el tejido económico de nuestra sociedad, y significa una aportación para la desintegración de ese prejuicio que cuestiona –cuando no lo niega- la eficacia y utilidad económica del euskera”, ha finalizado Baztarrika.
Por su parte, Meirion Prys Jones, ha indicado lo siguiente: “El objetivo de la red NPLD es el de fomentar la diversidad lingüística en Europa. No contamos con ningún estudio como el que hoy hemos presentado en ninguna otra comunidad. Una vez más, es la comunidad vasca la que lidera el camino a seguir”.
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